Con derecho a ser esclavos.
Uno de los más oscuros y crueles momentos que la humanidad haya vivido es la inhumana y salvaje esclavitud, la misma que se extendió por todo el mundo, opacando los derechos del ser humano.
A pesar de ser la esclavitud algo detestable e inhumano, la historia cuenta que esta medida “beneficiaba” a personas que se encontraban en bajos “recursos económicos”, pues para tener comida, ropa y casa, debían solicitar a quienes poseían los medios necesarios, que los aceptara como esclavos, y entonces el “amo” hacía una propuesta de lo que podía dar, y si era aceptable para el esclavo “voluntario” este se quedaba bajo el yugo servil.
Las circunstancias adversas y lo aprovechable que era el negocio para mucho opresores de aquellas épocas, permitían que muchos seres humanos se vieran obligados a vivir bajo ese cruel contrato.
Sin embargo a pesar de los grandes avances en leyes para la defensa de los derechos humanos, las circunstancias no cambian, en pleno siglo XXI se sigue observando la práctica de la esclavitud en su mejor versión moderna.
Alguien podría decir que ya no existe la esclavitud, pero sería difícil negar la existencia de aquello, con la enorme brecha de desigualdad social que existe.
NO EXISTE LA LIBERTAD ABSOLUTA.
Desde la tierna edad se nos acostumbra a obedecer a quién tiene la experiencia para guiarnos, siendo esto muy necesario para la sobrevivencia, pero la actitud humana permite que algunos se aprovechen de ello para beneficio egoísta.
Como anécdota se puede mencionar el hecho de que una vez en un pueblo de la serranía de nuestro país, una señora era golpeada brutalmente por el “marido”, por lo que un señor muy bien intencionado intervino en la riña para defender a la mujer, pero recibió una buena regañada por parte de la señora, ya que dijo “usted no se meta, si marido pega, marido es”.
Quizás debido a la ignorancia algunas personas piensan que pueden ser maltratados por otras personas, pero también es cierto que esas personas tienen “derechos” para elegir cualquiera de las dos opciones, ser esclavos y sumisos o acogerse a la defensa pública como parte de su dignidad.
Por otro lado debido a la necesidad de tener un trabajo con salario que permita solventar las necesidades diarias, obliga a que las personas “voluntariamente” se sometan a contratos que les coloca bajo un yugo de servicio pactado, esto permite que se aproveche la demanda de personas necesitadas y se mantenga una oferta para aprovechar aquella demanda.
Entonces si comparamos la situación de antaño con nuestros días, vemos que la única diferencia es que ahora la “esclavitud” es legal, pero alguno dirá, no es esclavitud, es derecho al trabajo, pero no se debe perder de vista que la esclavitud es una forma particular de relaciones de producción, característica de un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la evolución de la historia económica.
¿Cuántos diariamente luchan por ser “amos” y no “esclavos”? pues son pocos, porque la mayoría se preparan desde tierna edad para rendir servicios, pues si se piensa ser abogado, ingeniero, doctor, licenciado, jurista, camalero, betunero, sicario, etc. pues para todo esto siempre el amo será el que pague tu servicio, es así de simple, pues manda el que tiene el poder económico.
En conclusión desde mi punto de vista, no podemos aprovecharnos de aquellos que están bajo nuestro contrato de servicios, debemos respetar la dignidad humana, y poner siempre en consideración de nuestros educandos la idea de superación, de luchar por ser emprendedores, no simplemente crecer con la idea de sujetarnos solo por complacer nuestras necesidades.
Si somos padres cuidar que nuestra potestad de ser guías, no sea administrada bajo la opresión hacía nuestros hijos, tener en cuenta que esa responsabilidad se nos otorga con opción a ser juzgados por nuestro mal uso del poder.
Finalmente tiene usted derecho a esclavizarse y la opción a escoger el mejor yugo que le parezca conveniente, y sáquese de la cabeza que la libertad absoluta existe.
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